La familia botánica Orchidaceae (Orquídeas) es la que mayor número de especies comprende en el Reino Vegetal. Se estima que debe haber alrededor de 35.000 especies de Orquídeas en todo el mundo pertenecientes a unos 750 Géneros distintos, además de miles de híbridos (cada año se registran decenas de híbridos nuevos).
La mayoría de especies se dan en climas tropicales y subtropicales: Nueva Guinea, Colombia, Brasil, islas de Borneo y Java... Pero su distribución es amplísima por el Mundo, exceptuando los desiertos de extrema sequía, los polos y las zonas con alturas superiores a 4.500 metros sobre el nivel del mar.
Podemos clasificar a las orquídeas en: 1- Epífitas; 2- Semiterrestres, y; 3- Terrestres. Las Orquídeas epífitas constituyen más del 90% del total de especies. Cuelgan de árboles o de arbustos. Son las más vistosas y las que encontramos a la venta normalmente. Proceden de las regiones tropicales. No son plantas parásitas, ya que se alimentan por las hojas y raices del aire, del agua y de la humedad del medio ambiente y no del árbol al que están sujetas. Las Orquídeas semiterrestres crecen sobre un colchón de hojas en descomposición en el suelo o sobre piedras recubiertas de musgo. Las Orquídeas terrestres tienen sus raíces en tierra.
El auge de las orquídeas fue impulsado por la ciencia a través de John Lindley quién fue el primer botánico en especializarse en su cultivo y reproducción, dejando un gran aporte científico muy importante a los futuros cultivadores con muchos métodos, especialmente la hibridización.
Las orquideas tienen fama, en general, de cultivo difícil, especialmente para hacer que vuelvan a florecer una vez que hayan perdido las flores, pero hay algunas, como por ejemplo, las del género Cymbidium, que están consideradas de facil cultivo. También son relativamente sencillas las Cattleya, Phalaenopsis y Dendrobium.
Las Cattleyas, nombradas así por William Cattley (1788-1835) horticultor del siglo XIX, se encuentran entre las especies de orquídeas más cultivadas en el mundo y su cultivo es utilizado como punto de referencia con otros tipos de orquídeas. La mayoría de las Cattleyas que se siembran en todo el mundo proceden de las zonas tropicales de América Central y del Sur. Las especies provienen de un amplio rango de hábitats desde altas montañas hasta selvas al nivel del mar.
La "historia oficial" de las orquídeas, o más bien su reconocimiento público mundial se dio en 1818 por pura casualidad. En esa época, la Inglaterra victoriana contaba con exploradores en las más diversas regiones del planeta. Así fue que un explorador llamado Swainson, que recolectaba musgos y líquenes en Sudamérica para el horticultor William Cattley, usaba los pseudobulbos y las hojas carnosas de plantas que crecían en la selva amazónica para afianzar los empaques de musgo, sin saber que en realidad estaba por despertar la fascinación del mundo por esta generosa familia de plantas. Ya en Inglaterra, los pseudobulbos dieron hermosas flores color lavanda y el horticultor pasó a la posteridad al incorporar su nombre al de esta hermosa especie, la Cattleya.
Sin embargo es poco conocido que treinta años antes, Don Hipólito Ruiz y José Pavón, botánicos españoles encargados por el rey Carlos III de España, describieron más de 600 orquídeas en el Perú en un viaje exploratorio que tomó 11 años (1777-1788). Resulta interesante descubrir que treinta años antes que Cattley asombrara al mundo con las flores de la planta Cattleya que el cultivó, ya Ruiz reportaba el uso comercial de la vainilla, el uso medicinal y utilitario de algunas especies de orquídeas y hasta el uso decorativo que se hacía de las flores en el Perú.
Los grandes productores comerciales de estas místicas flores son Brasil, China, Costa Rica, Estados Unidos, Filipinas, e Indonesia.
Ecuador ocupa el primer lugar en el ranking mundial de variedad de orquídeas porque por su geografía tienen los más variados hábitats para las orquídeas.
En Perú se registran 2,451 especies de orquídeas distribuidas en 224 géneros, haciendo del Perú el cuarto país más rico del mundo en diversidad de orquídeas.
Bolivia está considerada entre los cinco países del mundo que posee mayor variedad de orquídeas. Existen de alrededor de 1.500 especies, de las cuales unas 800 son nativas.
México cuenta con unas 1,400 especies de orquídeas, creciendo en casi todos los tipos de vegetación, sin embargo, la mayor parte se encuentran por debajo de los 2,000 metros sobre el nivel del mar, en las serranías del centro y sur del país, en diversos tipos de bosques tropicales y templados. De estas 1,400 especies de México, unas 300 son endémicas, es decir que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
En Panamá se han identificado unas 950 especies, en tanto que en Nicaragua se registran 146 géneros, con 678 especies. Se estima que este país más del 60% de las zonas montañosas se encuentra sin inventariar.
En Venezuela se han reportado unas 1.300 especies de orquídeas. La orquídea llamada Flor de Mayo (Cattleya Mosiae), es la flor Nacional, por su especial y numerosa floración durante ese mes. Hasta 1940, la orquídea nacional era la Flor de Nácar (Catasetum pileatum Rchb.f.), pero fue desplazada por haberse encontrado también en países vecinos, como Brasil y Colombia. En el ranking mundial de variedad de orquídeas, Venezuela ocupa el sexto lugar, por contar con más de 1.300 especies, compartiendo ese lugar con Costa Rica, que tiene poco más de 1.200 especies. En este país es también la flor nacional una orquídea conocida como Guaria Morada (Guarianthe skinneri)
La Cattleya Trianae, llamada así en honor al botánico José Jerónimo Triana, es la flor nacional de Colombia. También se le conoce como Flor de Triana o Lirio de Mayo. Fue incorporada a los símbolos nacionales a partir de noviembre de 1936. Es una planta epifita (que no necesita de la tierra) nativa de los centrales departamentos del Tolima, Huila y Cundinamarca. Su diversidad abarca 15 colores de flores, del blanco al rojo. Es una de las tres mil especies de orquídeas que se encuentran en Colombia. La Academia Colombiana encargó al médico, intelectual y naturalista Emilio Robledo la tarea de buscar la flor nacional por excelencia, y a él se debe su selección como emblema representativo del país. Robledo la sugirió con base en su extraña belleza, dado que en el pétalo central luce los colores de la bandera colombiana.